Nuevo trato para Nellie

- Si... si - dije sonriendo - Es que todo esto es muy extraño... ¿de repente puedo ir sin nada que temer?

Después de hablar con Alice y saber que Daniel estaba aquí y en el despacho de Noiret, me dirigí hacia allí y me apoyé en la pared. Le vi salir y nada más salir cogió el móvil e hizo una llamada. Seguí en el mismo lugar, observándole, esperando a que me viera y a que acabara de hablar. Tenía que hablar con él, no entendía nada.

- Confía en mi cariño - dije mientras seguía caminando con el móvil pegado a la oreja - Puedes estar tranquila. Eres libre.

- No me lo puedo creer - dije emocionada - No voy a terminar de agradecértelo nunca...

- Bueno ahora tengo que colgarte - le dije y añadí cambiando el tono - Ya nos veremos profesora.

Colgué y me guardé el móvil en el bolsillo del pantalón. Me disponía a irme cuando vi a Julia. Me acerqué hasta ella.

- Vaya, vaya, si es mi alumna preferida - comenté mirándola.

- Que, ¿haciendo amigos? No esperaba verte tan pronto por aquí…y menos salir vivo de esa puerta… - Dije mirándole, sonriendo de lado.

- Más bien recuperando mi antiguo puesto de trabajo. Tengo entendido que hace tiempo que este internado está sin encargado de mantenimiento - dije en tono divertido - ¿Qué tal están las cosas por aquí? ¿Me he perdido mucho?

- Pues como puedes ver… - Subí una muleta – digamos que… no he parado quieta y no te hice caso y me he metido en líos – Dije esto último con tono divertido – Pero cuéntame tú, ¿Cómo es que has vuelto? ¿ya no te buscan…?

- Digamos que he firmado un tratado de paz con ellos - dije sin intención de dar más explicaciones - ¿Qué te ha pasado? - pregunté al ver que iba en muletas.

- Los únicos tratados de paz que existen para ellos. Es estar con ellos para que no te maten...¿Es ese el tratado de paz que has firmado? - Le pregunté tranquila mirándole sin contestarle a la pregunta que él me hizo.

- Por supuesto que no - dije serio - Antes dejaría que me matasen.

- ¿Y tu padre? ¿Camilo? Hace días que no le veo... - Le miré. Esperaba que me soltara algo... al menos quería saber si sabia quién le quemo.

- Mejor para ti - le dije - ¿Tantas ganas tienes de verle?

- Se hace hasta raro... - Sonreí de lado - ¿Sabes qué le ha pasado?

- Ni lo se ni me importa - mentí - No quiero saber nada de ese hombre.

Sabía que me mentía. Según Alice él ayudo a su padre. Pero me dio a entender que no sabía el por qué sino ya me habría dicho algo... supongo.

- Ya. ¿Ni le ayudarías si se estuviera muriendo? – Seguí preguntando, mirándole con esperanza de que me dijera la verdad.

- ¿A qué viene este interrogatorio? - dije molesto.

- Viene a que no te creo, no creo que no sepas nada. - Dije de la misma manera, molesta. - Creí que éramos amigos... - Añadí mirándole

- Si no me crees es tu problema no el mio - le dije serio - Ahora si no te importa tengo cosas que hacer.

Me dirigí a las escaleras y empecé a subirlas. Tenía que hablar con Rebeca.

- Si eso vete. - Dije cabreandome y me fuí.