Planteandome el trato

No tenía ganas de dormir (y no podía) de modo que, después de asegurarme de que Sweeney dormía, me dirigí al cuarto de Rebeca y llamé a la puerta.

- Pasa -respondí

Entré con sigilo y cerré la puerta.
-Me temo que han pasado demasiadas cosas desde que me hiciste aquella oferta...

- Sí, he oído rumores sobre lo que te has convertido -le dije, recordando una de las conversaciones con Amelia

Gruñí.
-Aparte de eso, están en juego las vidas de mis padres, y la de mi marido-se me hizo rara la palabra-Cosa que antes no sucedía.

- Entiendo, he intentado localizar a los Dillinger pero no ha habido manera -le dije-. Llegar a los Dillinger sería llegar al líder del Proyecto Géminis y posiblemente al fin del Proyecto Géminis. Pero Wulf suele ser muy escurridizo.

-Sé que es difícil, pues cuando intento ponerme en contacto con mi familia, me es imposible. Eso sin contar al FBI, que me está siguiendo desde Indiana. Tu trato era garantizarme seguridad contra Ottox; me temo que ya no la necesito. A no ser que tengas otra oferta para mi, me temo que me veré obligada a declinar.

- Pues mi unica oferta es ayudarte a encontrar a tus padres para poder protegerlos de Wulf y su calaña

Asentí.
-Es una buena oferta, por lo que la acepto. Aun así, también pido que incluyas a Sweeney en el cupo-añadí.

- Claro -dije sonriendo-. Sweeney también entra en el cupo, pero a él será más fácil protegerlo porque está a unas puertas más a la dercha. En cambio tus padres...

-Supongo que haréis lo que esté en vuestras manos-repuse-Pero me temo que no se apenas nada, mi trabajo consiste en atracar bancos y robar obras de arte; yo no participo en los experimentos.

- Si, me consta que Camilo desea recuperar todo aquello que se vacío en el depósito de arte -dije y luego añadí: También quiere vernos muertos a Fermín y a mi, por cierto, ¿que habeis hecho con Fermin?

-Lo drogué como si estuviera muerto, y eso dijimos a Camilo.

- ¿Y dónde habéis dejado a Fermín?

-Está en el ático-señalé hacia arriba-en una de las habitaciones abandonadas.

- Creo que sé un sitio mejor para él hasta que se reponga -le dije sonriendo

-¿Cuál?

- El hogar de un VIEJO amigo -le dije.

Intuí a quien se refería.
-Por mi no hay problemas-dije.

- De acuerdo

-Entonces hasta otra-dije dirigiéndome a la ventana.

Me sorprendió que se fuera por la ventana pero decidí no hacer preguntas.

- Hasta otra

Sonreí con cinismo y salté por la ventana hacia el bosque.