Despertarse en media noche (priv. Iván +18)

- Oh, jodeeeeer... - la manera en que Marcos decide clavarse en mi resulta dolorosa, larga y tensa... pero a la vez es un placer inexplicable, no encuentro palabras para describir como me hace sentir notar como mi mejor amigo me parte el ano entrando con su falo grueso y largo en mi. En mi ano virgen... O que era virgen hasta esta noche. Y ese gemido que sale de la boca de mi amante nocturno todavia me excita más y hace que mueva mis caderas ayudandole a entrar en mi.

- Eres un puto bestia, pero me encanta sentirte dentro, Marcos... -jadeo entrecortado mirandole por encima del hombro, notando mi ano abrirse y cerrarse indeciso, como acto reflejo por tener semejante trozo de carne ahi encajado. - Oh, si... muevete, asi si... -mi cuerpo tiembla cuando se empieza a mover, con esos golpes tan fuertes que me hacen gemir como perra en celo, agarrandome fuerte a las sabanas arrugandolas entre mis dedos. ¿Estara disfrutando de veras, Marcos, tanto como yo? Ojala pudiera ver su rostro contraerse de placer por estar metiendo su pedazo de tranca en mi... En mi apretado culo ahora desvirgado por él. Era suyo y siempre lo iba a ser.

- ¡Oh! Joder... estás muy estrecho... y eso me pone más... -decía con una voz ronca, en un intento de bajar la voz para no despertar a nuestros compañeros, lo cual era un riesgo que me ponía más cachondo. Me imaginaba lo duras que se pondrían sus pollas al ver mi enorme tranca abrirse paso en el interior de Iván, de forma posesa, pues cada vez mis movimientos eran más rápidos y bruscos, dejando que la bestia en mi dominara el momento, gimiendo controlando mi voz como podía.

- Me alegro de que te guste... aah... porque puede que a partir de ahora... la recibas todos los días... ooh... joder... si te portas bien... -le cogía de las caderas y lo obligaba a moverse contra mi polla, ensartándola aún más completamente, haciendonos gemir a ambos, que en aquel momento parecía ser lo único que importaba, complacernos, sin remordimientos por lo que hacíamos, era claro que ambos lo deseabamos.

A estas alturas ya me importaba muy poco que nuestros compañeros despertaran... Incluso me daba morbo pensar que eso pudiera ocurrir, que nos viernas y se pusieran tan cachondos como estabamos nosotros dos ahora. Pero de unirse, ni hablar. Marcos es mio, solo mio... NO quiero compartirle con nadie. MI mejor amigo, mi amante nocturno... Mi pollazo.

- Uf, no pares, Marcos... Me encanta como me estas desvirgando el culo, tio... -me agarro mi polla, nada envidiable, para masturbarme fuera de mi, cachondo como estaba disfrutando del mejor amigo que he tenido ni tendre ya nunca.- Joder, ojala sea asi... Un polvo cada noche para dormir relajados, escondernos por todas las habitaciones del internado para que me partas el culo. Y en el bosque... para poder gritar del placer que me das, machote... -le miro de nuevo por encima del hombro dejando que me mueva y me folle a gusto, solo tengo una petición.- Marcos, volteame... Quiero verte mientras me follas...

Quiero abrirme de piernas para él, que me las abra el mismo con sus manos fuertes y me embista sin pena ni remordimientos, solo por placer y excitación. Quiero verle la cara mientras gime, sus labios, su perfecta nariz y su pelo empapado de sudor pegandose en su frente.

Me ponían las ideas que tenía Iván y que estaba compartiendo conmigo, me agradaba la idea de follármelo en habitaciones de compañeros, profesores, director, empleados, en los baños, en las aulas, en las cocinas, en el comedor de noche, o en el comedor, haciéndonos una paja bajo el mantel, aunque sea sin retirarnos la ropa, en el gimnasio, a altas horas de la madrugada, en el patio, en las cuadras... Me estaba volviendo loco y ello incitaba a embestir de la forma más salvaje que era capaz, a la vez que gemía.

En cuanto me pidió que le volteara, la saqué de su interior, soltando un pequeño quejido y lo tumbé boca arriba, abrí sus piernas desesperado y metí mi trancazo de golpe de nuevo en su interior y apoyando mis brazos al rededor de su cabeza, comencé a embestirle de forma salvaje, haciendo mover de forma brusca todo su cuerpo, estremeciendo la cama con cada estocada, besando su cuello, así como mordiendolo, succionandolo, lamiendolo, y subiendo hasta sus labios. Mientras, mi mano derecha bajo para agarrar la polla ajena y masturbarla.

Joder, de haber sabido que todo iba a ser asi me habria lanzado antes a por Marcos. Estaba siendo genial, no, lo siguiente... Ahora podia decir que a parte de mi mejor amigo era mi mejor amante, un semental al que cabalgar y con quien poder disfrutar del mejor sexo que he tenido nunca. Mil y una ideas se me pasan por la cabeza pensando en situaciones y lugares donde tener sexo con Marcos. Miradas provocativas, roces, manoseos en publico delante de cualquier otro que no sospecharia nada. Los dos chicos mas conocidos del internado ahora disfrutaban de una noche de sexo desenfrenado y pasión. Pues los besos de Marcos van mas alla del puro calentón, y a Ivan le vuelve loco, correspondiendole cuando besa sus labios ahogando los gemidos que le provoca la manera en que se lo esta follando ahora.

- Marcos... Marcos... -mi respiración entrecortada deja escapar algun que otro gemido y mi voz llama a mi amante, pidiendole mas y mas, disfrutando de algo que no voy a poder dejar nunca ya.- Nunca pense que esto pudiese gustarme tanto, joder... -cuando siento la mano del otro en mi polla le agarro por la nunca para atraerle y comerle la boca, los labios... Metiendo mi lengua dentro de la boca de Marcos para luchar contra la suya mientras mi mano va bajando por la espalda hasta plantar ambas en las nalgas del otro, atrayendole mas mientras las masajeo, sobandolas y abriendolas sin poder llegar a tocarle su entrada.

Nunca habría jurado que sentiría tal placer disfrutando de una relación homosexual, siendo además yo el pasivo que recibía como perra disfrutando y gimiendo como tal. Y aún menos habría imaginado que sería con mi gran amigo Marcos. Pero si tenía que ser con alguien me alegraba que fuese con él. Marcos, mi buen amigo y ahora amante eterno…

- Oh, joder, no pares Marcos… lléname de ti, pero no pares aún –mi voz suena entre cortada por sus besos, a los que correspondo gustosamente, disfrutando de su sabor.- Me vuelves loco, Marcos y no voy a soltarte ya nunca. Te voy a querer dentro de mí siempre, solo dentro de mí follándome sin parar y llenándome de ti. Me gusta y lo sé, y no me apena decirlo, pero estaré gustoso de practicarlo hasta convencerte a ti también de lo mucho que te gusta mi culo –le beso apasionado, cerrando mis nalgas para estrecharme y darle mayor placer a mi amante.- Y de lo bueno que es el sexo cuando lo hacemos juntos –le guiño el ojo con la boca entre abierta en una sonrisa torcida, jadeando ronco. Mi polla dura como nunca chorrea precum bajo la paja que me hace Marcos.

Mis embestidas contra Iván eran cada vez más bruscas, como cada vez más necesitado, no entendía como nuestros compañeros de cuarto podían continuar durmiendo con el ruido de nuestros gemidos y de la cama golpeando la pared con cada embestida que daba contra mi amigo Iván. Pero no me importaba en absoluto el porque no se despertaban, no me importaba nada, solo me importaba el placer que ambos estábamos sintiendo con aquel polvo que, al parecer, hace mucho deberíamos haber realizado.

- A mi también me encanta esto... me encanta tu culo... -confesaba entre gemidos, sin abandonar ninguna de mis tareas, ni la de embestir ni la de masturbarla, y la primera de ellas se volvió aún más placentera al sentir como se estrechaba su interior, supuse al hacer Iván fuerza, lo cual era de agradecer- Joder... como si no fueras ya suficientemente estrecho... esto es la ostia... vamos a tener que repetirlo muy a menudo...

Mi cuerpo tiembla con cada una de las embestidas de Marcos, fuertes y placenteras como el mejor de los polvos que haya podido echar jamás con una tia. Incluso diría que mejor, porque es diferente y es… joder, es una puta maravilla sentir la polla de Marcos golpeando mi interior. Y su mano, pajeandome de esa forma, mientras puedo ver su cara de vicio y las ganas con que me está reventando el culo.

- Joder, como me molas, Marcos… Si llego a saber que esto iba a ser tan genial antes me habría lanzado a ti –murmuro entre jadeos y gemidos, acariciando los costados del fuerte y musculado cuerpo de mi nuevo amante, agarrándole el trasero para sobárselo bien con ambas manos, separándole las nalgas para pasarle un dedo entre ellas.

Nuestros compañeros deben tener un sueño muy profundo, o simplemente no se hacen los dormidos por no saber que hacer o decir. Pero me da igual, Marcos me esta dando el mejor polvo de mi puta vida. El primero, por supuesto, porque a partir de esta noche va a querer tener ese rabo siempre, mínimo una vez al dia.

- ¿Te está gustando, eh, putita? ¿Te pone cachondo sentir mi enorme rabo reventarte este culito que gastas? Bien... mmm... joder... porque a mi me gusta reventártelo... me pone la polla tiesa solo el pensar en follarte una vez mínimo al día... aaah... -continué embistiendo, susurrando todo aquello, entre gemidos en el oído de mi amante, ese que también era mi mejor amigo.

Lo agarré de la cintura y, sin sacar la polla de dentro de su interior, lo giré para que quedara bocarriba y, con sus piernas apoyadas en mis hombros comencé a embestirle de nuevo. Cada vez era más difícil retener los gemidos, o contener mi lado salvaje y no embestir a Iván como si me fuera la vida en ello, tenía muchas ganas de correrme en su interior, acercando mi rostro al suyo para besarle de vez en cuando y bajando una mano para volver a hacerle una paja a mi ritmo.

- Pienso follarte en las duchas... en las cocinas... en el comedor... en las clases... en los despachos... en el patio... pienso poner cachondo a todo el puto internado con solo follarte... -gemí cachondo.

Sonrio ladeado ante las palabras de Marcos, mi mejor amigo, el que ahora me esta rompiendo el culo, desvirgándome por primera vez pero no la ultima. Mis gemidos solo son acallados cuando se acerca a mis labios para besarme, correspondiéndole yo de igual forma mientras mis manos siguen sobando su trasero disfrutando tanto de la follada que me planteo como debe ser el culo de Marcos. No pienso follarle, pues quiero ser su putita como él me llama… Aunque me suene despectivo, pero me gusta ser el follado, aunque la curiosidad me puede, y juego con el dedo que tenia por ahí acariciándole la entrada con leves pasadas.

- Joder, Marcos… Me encanta ponerte así de perro, saber que me deseas tanto… -con la mano libre subo acariciando su rostro y su pelo.- Prométeme que cuando te corras no perderás esas ganas de follarme. Quiero hacerlo contigo cada día mínimo una vez, en todas las estancias de este maldito internado. No quiero que nos dejemos sin probar ningún sitio.

Ya no se podía hacer marcha atrás, lo nuestro ya era un hecho. Ibamos a ser amantes, en secreto, pero eso no iba a impedir que follemos en todos los rincones del internado y a cualquier hora. Hacerlo en la cama era demasiado típico, necesitamos algo mas morboso y estoy seguro que lo sabremos encontrar. Le deseo tanto, que follaria con Marcos incluso en mitad del vestíbulo…

Demasiado excitado ya como para responder con palabras a las palabras de Iván, solo puedo moverme desesperado, frenéticamente, de la forma más salvaje que en la vida he hecho, soltando ruidos que no tienen ningún tipo de sentido o coherencia, fruto del placer que estoy sintiendo follándome a Iván. El moreno está disfrutando de mi enorme trabuco como yo de su estrecho interior.

- Oh.. oh.. ohh... aaah... ooh... mmm... aaah... -es todo lo que llego a emitir por mi boca, de vez en cuando exhalo aire, mi cerebro no funciona. Es como si estuviera desatando todas las ganas acumuladas de follarme a Iván. Que no son pocas. Mis caderas se movían frenéticamente contra su entrada, una mano aguantaba mi peso, la otra masturbaba a Iván, mis labios distribuían, besos, mordiscos suaves, succiones y lamidas por todo el cuello, mentón y labios de Iván.

Que puta locura, joder…. Nunca había sentido tan placer y aun asi seguía son correrse. Muchas veces lo había notado ya subir pero he podido controlarlo y mantener mi lefa sin salir, queriendo disfrutar de esta noche que no tiene fin.

- Aaah, joder… joder, no pares Marcos. Hazme tuyo… -gimo sin remedio, sin saber que mas decirle, escuchando también como el otro se queda sin mas palabras que sus gemidos mientras sigue embistiéndome de esa forma tan brutal y salvaje.

Al no observar queja alguna mi dedo se atreve a entrar, acariciando mas profundamente aunque llegando con cierta dificultad por como se mueve Marcos para follarme, romperme… Llenamer de si. Que ganas de sentirle como se corre dentro… y de ver que sigue después, aunque no puede dejar de pensar que cuando pase el calentón aquello podría acabar.

- Marcos, quiero cabalgarte… túmbate y dejame botar sobre tu polla –gruño mirándole, mostrando una sonrisa traviesa mientras jadeo sin remedio, gimiendo mientras mantengo la mirada en los ojos de Marcos.

Aparto la mano de Iván cuando empiezo a intuir sospechas de querer penetrarme como lo estaba haciendo yo con él, no me apetecía que ello ocurriera, podría cortarme el rollo, pero decidí no darle más importancia y continuar con las embestidas de forma aún más brusca, si cabe, como mostrando quien manda ahí, quien es el que embiste y quien recibe. Volviendo a coger su polla, una vez apartada su mano, para continuar con la paja que le estaba haciendo.

- No sabes lo cachondo que me va a poner verte cabalgar... -dije sacando mi polla de su interior y tumbándome bocarriba en la cama, con la polla bien tiesa, apuntando hacia el techo, no sin antes haber besado de forma fogosa a mi querido Iván, que tan bien se estaba portando esa noche. Mi polla llevaba tiempo necesitada de alguien que aguantara su calibre como un hombre, como Iván, sin quejas, y disfrutando como una perra.

No me importa que me aparte la mano, me la suda, pues solo buscaba darle mayor placer sin ningún interés en metérsela. Aquí es él quien la tiene que meter en mi culo, solo en mi culo… o mi boca. Si, eso también… Una buena follada de boca como había empezado la noche, eso si podíamos disfrutarlo ambos. Que menuda boca tiene Marcos y no solo para chupármela. Sus besos me vuelven loco.

- ¿Mas cachondo aún, machote? –gruñe mostrando dientes mientras me siento de una sola vez clavándome todo el falo de Marcos dentro de mi culo ya bien dilatado, aunque seguía estrecho para el pollazo de mi amante. – Entonces quiero oírte gemir bien…

Sonrío ladeado enterrándome la polla dentro por completo, moviéndome suavemente en círculos sin despegar mis nalgas de los muslos de Marcos. Mi jodido Marcos, cabronazo… Sonrio tontamente mirándole y me acerco a besarle los labios dejando que mi ano empiece a frotarse contra la polla del otro, moviéndome luego lentamente para empezar a autofollarme sin dejar de besarle los labios, con movimientos de cadera lentos y suaves buscando mantenerle excitado pero rebajando las ganas de correrse.

Sonrío a sus palabras, sobre si podía ponerme más cachondo aún, pero es que la imagen de Iván autofollándose con mi trabuco de enormes dimensiones era algo que solo había pasado por mi mente, vivirlo en primera persona, de forma real, era otra cosa, otra cosa que sabía que me iba a volver loco.

- Aaah -gemí cuando sentí mi polla de un solo golpe, algo que, debido a la anchura de mi rabo, poco se atreverían a hacer, pero Iván sí, Iván era el perfecto para ser destrozado por mi nabo. Comenzó a moverse de aquella forma tan lenta y suave, me ponía a mil por hora, las ganas que tenía de follarle de nuevo bruscamente incrementaban, pero me aguantaba.

Agarré su polla para masturbarle mientras él comenzaba a autofollarse, a la vez que nos besábamos más lentamente que antes, pero con el mismo deseo de desgastar nuestros labios comiéndonoslos.

Ahora el ritmo se había calmado, pero no la excitación. El calenton que llevamos ambos esta ahí latente, controlado por esos suaves besos y la follada calmada que estoy dándome con el tremendo trabuco grueso de Marcos. Me gusta este ritmo, esta situación… Puede llegar a parecer tierno y eso también me gusta, aunque por otro lado ahora mismo estoy tan cachondo que poco rato aguanto asi. Ya habrá tiempo luego… entre polvo y polvo.

- Quiero que te corras dentro de mi, esta vez… En mi culo. Que me llenes con tu leche –gimo y jadeo mientras me incorporo para empezar a cabalgar sobre la polla de Marcos, subiendo mis nalgas hasta sacarla por completo, manteniéndola erecta mientras la sujeto entre mis glúteos por la punta del glande, antes de volver a sentarme.

EL trabuco de Marcos entra y sale de mi con tremenda facilidad, gracias a la gran lubricación que suelta mi ano, disfrutando como perra del rabo de mi amigo. Poco a poco voy aumentando el ritmo empezando a botar de forma brusca y rápida mientras mis manos se posan sobre el pecho de Marcos, jugueteando con sus pezones mientras mantengo mi mirada de vicio en los ojos del otro, con la boca entre abierta jadeando.

Disfruto de la forma en la que Iván se mueve sobre mi trabuco, parece tener mucha más práctica de la que en realidad posee ya que en realidad no lo ha hecho nunca antes, y eso me pone a un más cerdo. El cabrón se mete y se saca mi rabo como si de uno más pequeño se tratase, y eso me pone muy cachondo, así como las palabras que suelta, pidiéndome que me corra en su interior.

- No te preocupes -le digo-, pienso hacerlo... hace mucho que no me hago ni pajas, que no me corro... así que vas a tener más que suficiente... -le aseguro mientras se mueve de aquella manera tan tortuosa, sacándosela entera y metiéndosela de golpe, haciendome gemir, sin poder modular el volumen de mis gemidos.

Y entonces el verdadero ritmo de Iván llega, mis ganas de moverme para follarlo más rápido desaparecen, Iván sabe exactamente como saciarme en cada momento. Ahora que mi nabo entra y sale a esa rapidez, mi boca se queda entreabierta, mirando fijamente a Iván a los ojos, gimiendo su nombre y pidiendo más.

- Joder... Iván... no sé cuanto tiempo más voy a poder aguantar... pronto tendrás tu leche... -advierto.

Nunca antes había hecho esto de verdad, era mi primera vez. No podía dejar de pensar en ello, mi primera vez… Nunca la olvidare, por supuesto. Esta siendo mi mejor primera vez en todo y poder compartirlo con mi mejor amigo lo hacia mas especial. Pero hay que reconocer que para ser la primera ambos estamos demostrando ser muy buenos en ello, probando mas cosas de las que se podría imaginar en una primera “cita”. Y aún quedan tantas por probar…

- Vamos, Marcos… Demuestrame lo semental que eres y marcame –le miro provocándole, pidiéndole totalmente sumiso a su polla.- Uff, si eso es verdad de seguro vas a soltar una buena lechada… -gruño mostrando dientes de nuevo y me acerco a besarle.- Yo pienso bañarte con mi corrida en cuanto sienta que empiezas a llenarme, que lo sepas.

Advierto casi amenazante pues tenia claro que a la que sintiese que Marcos se corre mi polla no aguantaría y estallaría de igual forma. Aunque no llevase tanto tiempo sin descargar, soy de los que cargan bien y mis corridas siempre son bien largas. Queriendo ya llegar a ese momento, no puedo mas que aumentar el ritmo subiendo y bajando por el largo y grueso falo, estrechando mi entrada para darle mayor placer mientras disfruto de cómo me pajea.

Sonrío a su invitación a correrme de una vez, parece agradarle la idea de saber que va a recibir mucha leche, se la merece, me está haciendo gozar como una perra del sexo, como nunca en la vida con las pocas tías con las que había estado. Sonreí a su advertencia de que luego se correría él y le besé con las ganas que siempre nos demostrábamos.

Al estrechar su entrada Iván, atentó contra la posibilidad de que tardara más en correrme, estaba clarísimo que quería que me corriera, por lo que yo también aceleré el ritmo de la paja que le hacía, sin detenerme, gimiendo como una puta, incapaz de controlarme de ninguna manera, poniendo el esfuerzo que pusiera.

Y finalmente, con un gemido mayor a cualquiera de los anteriores, me corrí notando como mi rabo empieza a descargarse en el interior de Marcos.

- Querías tu leche... ahí la tienes... dame la tuya... -digo sin dejar de pajearle, demasiado excitado por la corrida.

Le correspondo al beso con las mismas ganas y pasión, demostrándole que yo también le deseo como él a mi. Joder, es mi mejor amigo y ahora mi mejor amante… Se hace querer el cabronazo. Le miro embobado antes de volver a besarle sin dejar de moverme.

- Si, joder… Si… -mis nalgas chocan sonoramente contra los muslos de Marcos una y otra vez hasta que empiezo a notar que se corre. .- Ah, siiiiii…

En ese momento entierro todo su falo dentro de mi notando como empieza a soltar un liquido caliente que llena en seguida mi ano, ya mayormente ocupado por la polla enorme de Marcos. Aún asi me mantengo, moviéndome suavemente para seguir follandome y escurrirle bien su polla. Aunque tenia claro que luego habría algo mas que hacer.

- Ahí va… ahí… vaaaa… -y con un fuerte gemido mi polla también empieza a soltar trallazos de llefa que caen sobre Marcos aumentando su disparo por como me esta pejeando, moviendo mi polla con fuerza.

En el momento que empiezo a correrme, Iván se mete todo mi rabo en su interior y deja que lo llene entero de mi lefa, sin dejar de follarse a si mismo con mi rabo chorreante de semen, lo cual hace que escalofríos recorran mi cuerpo, que no puede permitirse perder el control, pues continua masturbando a Iván, quien poco le falta para correrse.

En cuanto se corre, tanto mi abdomen, como mi pecho quedan empapados en su esencia, pero los primeros chorros también llegan a mis labios y me relamo para probar el sabor de su leche, mirándole directamente a los ojos, para ponerle más a tono, aunque no fuera necesario.

- Pfff.. Iván... sabes muy bien... -digo tras probabrle, sin tener prisa por sacarla de su interior, me gustaba la sensación de calor, y todavía se mantenía dura.

Cuando termino de correrme me dejo caer sobre Marcos exhausto, sonriendo mientras le miro escuchando sus palabras, acercándome luego a besarle y asi poder probarme también, lamiendo sus labios y relamiéndome luego sin dejar de mirarle. Eso me hace tener ganas de probarle a él, pero me gusta tanto tenerle dentro que no quiero moverme.

- Marcos… esto ha sido la puta ostia, tio… -acaricio su pelo apartándolo de su frente mientras le mantengo la mirada, moviendo ligeramente mis caderas notándolo todavía duro dentro de mi.- Ojala hayas disfrutado aunque sea la mitad que yo, porque voy a buscarte para que vuelvas a follarme cuando menos lo esperes…

Me acerco de nuevo a besarle los labios recostándome encima suyo, casi abrazandole mientras recupero mi ritmo respiratorio normal, dispuesto a mamarsela y dejársela bien limpia, pues yo también quiero probar que tal sabe Marcos… Seguro que a maravillas, pero eso no me quita las ganas de querer sacarme la polla del culo para metérmela en la boca.

Siento como se desploma sobre mí, exhausto por toda la energía que hemos dejado en nuestro primer polvo, me besa, probando así también él que tal sabe su lefa y parece gustarle, porque no acaba el beso en seguida sino que lo mantiene varios segundos antes de apartar su boca de la mía y confesar lo que ambos pensábamos, a lo que sonreí, sudoroso, con la respiración agitada, exhausto, y con mi rabo, perdiendo la dureza en su interior, a pesar de los pequeños movimientos de cadera de mi amante.

- Creo poder asegurar que he disfrutado tanto o más que tú, Iván... -dije sonriendo- Así que vamos a tener que repetirlo, por lo menos una vez al día... te vas a quedar cansado de mí... -dije sonriendo, con el pecho aún subiendo y bajando agitado, tratando de recuperar la normalidad en mi respiración, aunque tal vez aún tardaría más.

Le devolví el beso suavemente, demasiado cansado como para comenzar otra batalla de besos, de lenguas que dominan a otras, sin embargo, al acabar el beso, reuní las fuerzas suficientes para acercarme a su oído para susurrarle- Vamos, Iván, ¿porque no te sacas mi rabo de tu culo y me lo dejas bien limpio para que podamos dormir tranquilos?

Me siento tan bien ahora mismo, que aún pienso que estoy soñando, si no fuera por lo que me escuece el culo aún con la polla de Marcos dentro de mí, aunque noto como va bajando, aún la siento y eso me hace sonreír mientras le miro embobado, acariciándole el pelo para apartárselo del rostro.

- En el momento que tu quieras, puedes llamarme y voy donde estés… o me pillas por sorpresa, eso me encantaría –gruño mirándole y vuelvo a besarle los labios, abrazándome a su pecho notando su respiración aún acelerada.

Correspondo a su beso suave de la misma forma, quedándome abrazado a él moviéndome lo mas mínimo para dejar que su erección baje dentro de mi, esperando que salga por si sola si tiene que salir, o que se quede ahí embadurnada en su propia corrida… Hasta que me lanza esa petición, a la que obviamente respondo encantado, volteándome para dejar mi boca a la altura de su polla. Me relamo viéndola tan apetitosa, a pesar de no estar dura y le paso mi lengua por todo el falo engulléndolo luego para chuparlo bien, empapándolo con mi saliva mientras lo limpio de su propia corrida.