Distrayendo a los guardias (Alice)

Llegamos al perímetro, donde debíamos entretener a los soldados mientras los demás se escapaban.
-Esto va a ser genial...

*Sonrei asintiendo* Por supuesto *Dije y rei*

Con agilidad, me encaramé a lo alto de un árbol, para saltar la verja con un salto, acabando entre dos soldados.
-¿Alguien tiene hora?-dije con una sonrisa angelical, ante su desconcierto.

*Sonrei, esto hiva a ser divertido. Me subi a la rama de un arbol lo suficientemente alta para pasar la verja. Agilmente pegue un salto pasando la verja situandome junto a varios soldados* Creo que me he perdido, ¿podrias decirme por donde se va a la ciudad? *Pregunte con una enorme sonrisa, de niña buena*

Los soldados nos miraban sorprendidos, lo cual era normal teniendo en cuenta que habíamos aparecido de repente, eso sin contar con que el sol casi nos tocaba, por lo que despedíamos un leve brillo.
-¿Qué pasa nunca habéis visto a una pelirroja americana?-repuse con una sonrisa burlona-Ay que ver que poco mundo...

*Rei ante el asombro de los soldados, vi que empezaban a venir mas soldados. Estupendo* Pues para mi es de lo mas natural, una pelirroja americana *Dije sonriendo*

-¡A eso le llamo yo haber cambiado de aires!-repuse dando un salto y colgándome bocabajo de la verja, como si fuera un mono-No como esta gente, que siempre ha permanecido en este país... en cierto modo me dan lástima... Por cierto, ¿alquien sabe en qué se parecen un cuervo y un escritorio?

*Rei y mire a Nellie* ¿En que? *Pregunte riendo, aunque centre mi mente en el lugar donde escapaban los demas. Parecian haber salido todos sin problemas* Nellie, ya estan todos fuera *Sisee para que solo lo oyera ella*

El comentario de Alice sobre la huída me hizo sentirme llena de alegría, finalmente la pesadilla había concluído.
-Vete con ellos, en un momento te sigo-siseé-Tengo ganas de cazar...

*Asenti* De acuerdo *Dije y sali corriendo hacia donde estaban los demas*

Sonreí con una sonrisa llena de maldad, para saltar sobre los soldados. Nunca había cazado humanos, y lo cierto es que era una experiencia completamente distinta.
Una vez que hube terminado, corrí hasta unirme al grupo. Seguro que los miembros del aquelarre notarían el color de mis ojos, pero me daba igual, aquellos tipos habían tenido su merecido.