en la recamara +18

me meti a duchar, pues nellie estaba en clase

Entré por la ventana sigilosamente, pero para mi sorpresa no habia nadie. Escuché ruidos en el baño y entré, para encontrarme con Sweeney.
-No sé por qué te empeñas en vestirte-dije seriamente-Con lo guapo que estás desnudo...

-Tú también, Nellie -sonreí mientras le tendía la mano para que entrara a la ducha

Me deshice de la ropa con un simple gesto y entré, comenzando a besarle. Sentí el tacto de su alianza sobre mi piel, y como cada vez, no pude evitar suspirar por el hecho de saber que él era mío, y yo era suya.

Rodeé su cuerpo con mi brazo y la besé con todo el amor que le tenía, de forma visceral , tierno y abrupto al mismo tiempo

Separé mi boca levemente de la suya.
-¿Quieres hacerlo aquí? ¿No sería mejor en la cama?

La tomé en brazos con delicadeza, y la llevé hasta la cama, me acosté sobre ella delicadamente mientyrs besaba su cuello y acariciaba su cuerpo

-No pares-gemí mientras atraía su rostro hacia mi y le besaba con fiereza-Te deso ahora mismo.
Tomé su mano y entrelacé mis dedos con los suyos, sin dejar de pensar una y otra vez: él es mío, es únicamente mío....

Acaricié su cuerpo, acomodandome entre sus piernas mientras la seguía besando

Caí en la cuenta de que era la primera vez que hacíamos el amor tras la transformación de Sweeney, y supuse que él no sentiría lo mismo ahora. Ya no tendría que controlarme para no hacerle daño, ahora ambos éramos iguales. Apreté su cuerpo sobre el mío, sintiendo su piel en contacto con la mía.
-Si supieras cuánto te quiero...-susurré.

La besé u respondí que le amaba, mientras seguía esandola, listo para entrar en ella

Nunca sospeché que podría amar tanto a una persona. Cada una de sus caricias me hacía enloquecer de placer, sus besos me estremecían... Aunque siguiese siendo humana, mi corazón no latiría, pues lo tenía él.

Entré en ella con la fuerza propia de mi nuevo estado, besandola con ansiedad

Aquella fuerza me sorprendió, y dejé escapar un grito. Mi lengua se enredaba con la suya, saboreando el sabor de su boca; mis dedos seguían entrelazados con los suyos, sintiendo su cálida caricia... todo mi cuerpo estaba unido a él, y eso me hacía sentir eufórica. Gemí de placer y de anhelo.

Moví mi cuerpo al ritmo de los latidos, con pasión, con amor y euforia, gritando de placer sin soltar sus manos

Cada uno de sus gritos me sonaba más dulce que cualquier otra cosa. Yo no quería mi propio disfrute, yo quería que él muriese de placer. Empujé contra él, dejándole hundirse más hondo en mí, mientras que un gemido sonoro brotaba desde el final de mi garganta.

Sujeté sus piernas con fuerza y entré más y más profundo, con más fuerza y más placer

-¡DIOS MÍO!-llegué al clímax y grité con tal fuerza que me sorprendí yo misma.

Terminé dentro suyo y me tiré a su lado

Jadeante, le acaricié el rostro.
-Ha sido...-dije, sin encontrar las palabras propias para definirlo.

La besé tiernamente

Le abracé mientras enterraba el rostro en su hombro.
-Si te perdiese, me muero.