Atracando el banco de España

La verdad era que me encantaba atracar bancos, más que nada porque era mi especialidad. Entré al mismo tiempo que sacaba la metralleta, lista para llevarme el dinero.
-¡Que no se mueva nadie!-disparé hacia el techo y caminé hacia el director del banco, pronunciando las mismas palabras que mi antepasado, era una costumbre familiar-Vamos a jugar a algo, se llama gira la rueda.
Lo solté delante de la caja fuerte y le obligué a abrirla. Una vez que me hice con el dinero, disparé al guardia y me fui.