Jugando a gira la rueda

Llegamos a un banco al estilo de los de Chicago.
-¿Te atreves a seguir con el linaje familiar?-dije con una mueca.

Miré a Nellie alzando una ceja y sonriendo con picardía.
- ¿Lo dudas hermanita? Tú ordena y yo te sigo.

-Muy bien. Pero ponte bien el sombrero Belle, que se te ve la cara.

- Vale, vale, tranquila... -dije mientras me lo ponía- ¿Qué quieres que haga?

-Vigilar a la peña mientras yo entro en la caja fuerte. Quiero ver si tienes madera.
Le pasé una metralleta.
-Bienvenida a la familia-dijie mientras me bajaba y entraba.

"Bienvenida a la familia... Será eso" Miré la metralleta que me había entregado Nellie. "Hola pequeña. Espero que te portes bien, porque no sé muy bien cómo funcionas, pero no se lo digas al bicho de mi hermana..."
Me acerqué a los clientes y alcé el arma.
- ¡Que nadie se mueva o disparo!

Me enteré del susurro de mi hermana, pero tenía que concentrarme. Sonriendo cínicamente, avancé hacia el director del banco y volví a recitar aquellas palabras...
-Juguemos a algo, señor Director, se llama gira la rueda.
Lo puse delante de la caja fuerte y le apunté con mi metralleta para que la abriera.

Todo el mundo se había tendido en el suelo, asustados por mi arma y por mi amenaza.
Yo mientras tanto sólo miraba el lugar por el que se había ido mi hermana, esperando que volviera pronto.
Noté un movimiento a mi derecha y apunté en aquella dirección con la metralleta, lo que hizo que la persona que se había movido se quedase más quieta que una estatua, y más blanca que la cal...

Salí con el dinero en poco menos de medio minuto, sonriendo de placer. Me encantaba atracar bancos, y desde que me transformé era incluso hasta más divertido. Me di cuenta de que un guardia estaba intentando dispararme por la espalda, de tal modo que me volví con rapidez y usé mi don para torturarlo.
Mientras se retorcía de dolor, miré a los demás clientes.
-¿Alguien más quiere?

Observé a mi hermana haciendo daño a un guardia. Empezaba a darme verdadero miedo... Y comenzaba a creerme su historia.
- ¿Vamos o qué?

-Vale.
Cogí a un rehén como rutina, ya no los necesitaba, y salí del banco.

Mi hermana había salido ya. La imité y cogí un rehén, la persona a la que había asustado antes por haberse movido.
Salí tras Nellie.

Fuera había policías, y me reí con placer.
-Esto es lo mejor de todo.
Empecé a disparar.

Cuando salimos nos encontramos con un montón de policías. No sabía qué hacer.
Nellie empezó a disparar y yo lo intenté, comprobando que no era tan difícil usar la metralleta.
Me divertí disparando a los policías.