Dando una vuelta (Libre)

-¿Isaac? Eso quiere decir que habéis vuelto.

Asenti sonriendo.
-Exactamente. -Dije alegre.

-De eso no me habías informado. Y yo que quería tener la primicia...pero seguro que, como siempre, he sido el último en enterarme-dije, en broma.

Rei.
-No lo sabe nadie aun -Dije sonriendo- Lo arreglamos ayer mismo.

-Vaya, entonces sí que tengo la primicia. Seguro que me dan mucho dinero por contarlo en alguna revista. Claro que, te llevarías comisión-[color]reí.[/color]

Rei.
-Dudo que les interese saber que una pareja no famosa han vuelto despues de un tiempo de haber cortado. -Dije riendo.

-Bueno, nunca se sabe. Por intentarlo...-seguí riendo.

Rei.
-Tampoco tengo nada que esconder. Asi que, si quieres intentarlo... -Dije riendo.

-Bueno, ya hablaremos de eso cuando salgamos de aquí-paré de reír-. Ahora lo más importante es no alarmarnos. La mayoría de alumnos desconocen la situación y no nos interesa que se enteren. Mientras no sepamos cómo salir, lo mejor será guardar el secreto.

Asenti.
-De acuerdo. Pero ellos tambien tienen el derecho a saber lo que aqui ocurre.

-Lo sé, y no me gustan las mentiras, ni engañar a nadie, pero si se enteran será peor. Hay que actuar con discreción si queremos que salga bien.

Asenti.
-Tienes razon -Conteste seriamente.

-Y cuando salgamos de aquí...podremos respirar tranquilos.

Asenti.
-Aunque sera un milagro, que salgamos de aqui.

-¿Por qué todo el mundo piensa así?- dije, medio enfadado. Estaba harto. Yo era el pesimista del grupo y precisamente tenía que ser yo quien animase al resto. La cosa tenía gracia.

-Porque es dificil, con ese virus suelto. La gente empezara a contagiarse una a otra. ¿Habra suficientes medicinas para todos? Porque yo lo dudo -Dije.

-Sí no las hay, las fabricaremos-entonces me acordé de que para necesitarlas era necesaria la sangre de Paula-Aunque seguramente no podamos. En ese caso, construiremos la máquina que nos salvará.

-¿Hay una maquina asi? -Pregunte sorprendida- Aunque la hubiera, seguro que es demasiado complicado hacer una.

-La hay, aunque cuando los pasadizos se derrumbaron se puede decir que perdimos la posibilidad de cogerla. Pero aún así, seguro que encontramos la manera de construir otra.

-Ojala -Dije suspirando- Nunca pense que un internado fuera tan extraño y peligroso.

-La verdad es que yo tampoco. Es decir, antes de volver de Alemania sabía todo a lo que se dedicaban, pero no sabía que se escondían aquí, en el lugar en el que había pasado mi infancia.

-¿Tu pasaste aqui tu infancia? -Pregunte sorprendida.

Sí-sonreí y recordé, con nostalgia, mis buenos momentos en La laguna Negra. Entonces volví a recordar lo de Vicky y miré al suelo, con cara de tristeza. Solté un suspiro.

Lo mire, viendo que se puso triste.
-¿Que te ocurre?

-Es que una de mis mejores amigas no quiere verme. Se ha enfadado conmigo porque algo que le dije, acumulado a otras muchas cosas, hizo que intentara cometer una locura. Comprendo que no quiera volver a verme, al fin y al cabo no me di cuenta de su sufrimiento, pero me duele que, por su parte, se haya roto una amistad de tantos años.