Inspeccionando (Cazavampiros, vampiros y Victor xD)

-Eh, que yo no he sido la que ha metido la pata-repuse con sarcasmo.
Miré el bote sin tomar ni una molécula de oxígeno, sabía de sobra como debía actuar.
-Quizás te hayas enfrentado a varios de los míos. Ahora veremos que tal se te dan los gánsgters.
Le regalé una sonrisa burlona y acto seguido corrí a toda velocidad hasta acabar detrás de ella, mientras que por el camino la fulminaba con mis ojos, usando mi don. Nunca me había sido tan útil como ahora.

*Hice una mueca, de repente me sentia como si me hubiera electrocutado, pero me gire, dandole con la katana donde alcance. Mi katana por suerte, era mucho mas dura, preparada para ser usada como si el vampiro fuera humano y no se rompiera*

Esquivé la catana con agilidad, todo me resultaba demasiado simple gracias a mi formación como gángster. Sin embargo, en aquel momento de soberbia, olvidé algo elemental: nunca, en ningún momento, bajes la guardia ni un ápice. Por mi orgullo momentáneo me había puesto en una posición nada práctica ni para defenderme ni para atacar, y cuando me di cuenta ya estaba con el agua al cuello.
Sin embargo no me rendí, sabía de sobra que siempre se podría encontrar un camino alternativo.

Aproveche su despiste, dispuesta a pegarle con la katana en el cuello.

Corría lo más rápido que podía, pues no podía haber salido antes del Internado, y me preocupaba especialmente si en el tiempo transcurrido le podrían haber hecho algo a Nellie. No respiraba, tal y como ella me había recomendado, por lo que me guiaba siguiendo los sonidos que producían al luchar. Pronto comencé a notar los estados de ánimo de los presentes en la lucha, y poco después aparecieron ante mi: las dos asiáticas, Alice, Edward, un chico que me sonaba de algo... y Nellie en una posición bastante peligrosa.
No pensé, simplemente actué. Mantuve a todo el mundo con el ánimo calmado mientras corría hasta lograr que Nellie retrocediera hasta una mejor situación.
-No puedo dejarte sola ni un momento, mi pequeña gángster-murmuré abrazándola.

*Frunci el ceño, mirando el tipo tan extraño que acababa de llegar, tambien vampiro por lo que vi* Vaya, menudo aquelarre. No me digais, ¿aun hay mas? *Pregunte sonriendo maliciosa, cuantos mas fueran, mas habria que matar, algo que me encantaba*

*En el momento de que Saya estubo apunto de darle con la katana a Nellie, si no fuera sido por que los brazos de Edward me retenian, hubiera saltado contra Saya. Suspire aliviada al ver que llego Swenney*

-No sé si habrá más, pero por vuestro bien, más vale que no-dije, y como Saya estaba despistada, logré tirarla al suelo de una patada. Por algo era cinturón negro.

*Me levante del suelo, cabreada. Con la katana en alto, corri directamente hacia Victor, para pegarle con mi katana*

*Al ver las intenciones de Saya, solte delicadamente a Alice, lo suficientemente rapido para parar el golpe. No seria seguro que le hicieran un corte delante de 4 vampiros. Le quite la katana y la lance lejos*

*Estaba arodillada en el suelo, aun sin fuerzas. Mire a Victor, con ansiedad* Edward, por favor, no permitas que le hagan nada, por favor. *Le pedi a traves de la mente. El asintintio sonriendome*

Me recompuse y miré a Saya con una mueca feroz.
-Lo de antes solo había sido un calentamiento, pero ahora no vas a enfrentarte a un vampiro, te vas a enfrentar a 4. Y una de ellos es la mayor gánsgter de Chicago, mientras que otro ha sido un asesino toda su vida. Y seremos débiles separados, pero puedo asegurar que unidos seremos más fuertes que otros con los que os habréis topado. Este no es un aquelarre cualquiera, ¡es el aquelarre de la Laguna Negra!-exclamé, y acto seguido me lancé contra ellas, sacando una navaja que llevaba oculta en la manga de la chaqueta.

Maldito sea. *Pense, y sali corriendo a cojer la katana. La volvi a sujetar mirandolos a todos*

-Ya que presumes de ser tan buena sé valiente y lucha sin la katana.

Pues mira, conmtigo podria sin ella perfectamente *Dije con una sonrisa maliciosa*

-Pues deja de hablar tanto y hazlo. Tira la katana.

*Enfunde la katana a mi espalda y me puse en postura defensiva de lucha* Venga, a ver cuanto aguantas. *Dije sonriendo maliciosa*

-Va, ataca tú primero.

*Me coloque en frente suya, sin apartar mi mirada de la suya, como siempre me habian enseñado. La gente puede engañar, pero los ojos del oponente no. Hice un brebe movimiento, con el cual lo tire al suelo*

*Rei, ya estaba acostumbrada a que me inmovilizaran, pero tambien me enseñaron a liberarme. Hice un movimiento, que me libero, y puse de pie, de nuevo en postura defensiva a unos metros de el*

Tenía un as en la manga, algo de lo que no se podría liberar. Años atrás, antes de que marchara a Alemania, mi tía me dio unas esposas de recuerdo, para que no me olvidara de ella. Había llegado el momento de utilizarlas, pues los únicos capaces de liberarse serían los vampiros. Ni siquiera yo, ni esas dos tampoco, se podrían liberar. Me acerqué a ella y la engañé, haciéndole creer que la iba a atacar, cuando en realidad lo que hice fue esposarla.
-Tendrás que valerte de los pies.

Eso es trampa. *Dije desdeñosamente*

-Quizás, pero al menos yo no soy un asesino.

Los vampiros no se cuentan como asesinados, ya estan muertos. *Dije friamente dandole una patada en el estomago, tirandolo al suelo*