Hablando con mi hermana

Llegamos al fin a su habitación y me giré hacia ella.
- Bueno, ¿a qué venía lo de los vampiros? ¿me vas a decir que si no me voy pronto a dormir va a venir Drácula a por mí?

Me reí con ganas.
-Antes que nada, tienes que saber toda la historia... te aconsejo que te sientes, es bastante larga.

Me apresuré a sentarme en la cama, cuanto antes me lo contara mejor, siempre había sido muy cotilla, y lo de los vampiros me había dejado intrigada.
-Tú dirás.

-Cuando escapé de Indiana, crucé la frontera con Canadá y allí tomé el primer vuelo que salía para este país. Tiempo después entré en este Internado, oculta bajo una identidad falsa. No se como, pero alguien me desenmascaró, y se corrió la voz de que yo era una gángster. Pues resulta que en este colegio hay una organización nazi; no me preguntes por qué. Un día me cogieron y me obligaron a unirme a ellos, so pena de ser entregada al FBI y, por lo tanto, ser devuelta a Indiana. Mi trabajo consistía en robar obras de arte y en atracar bancos. Unas semanas más tarde, me exigieron que asesinara a una alumna y yo me negué. Como castigo, me inyectaron un virus que no tenía más que una cura: tomarme todos los días una medicina que sólo poseía la organización. Si no cumplía todas las misiones a la perfección, no me darían la dosis correspondiente a ese día. Yo estaba desesperada, de modo que me salí por una tangente: le pedí a cierta persona que me salvara de morir... transformandome.

- ¿Nazis? ¿Obras de arte? ¿Asesinatos? ¿Virus? ¿Transformaciones? Madre mía... En buen lugar me he ido a meter.. ¿Y ahora es cuando me dices que en lo que te ha transformado esa cierta persona, sea quien sea, es en un vampiro? No creo en esas cosas, Nellie... ¿Y si esto está tan mal por qué no te has ido de aquí? O haberlos matado a todos... Si son tan malos...

-Belle, ¿qué tengo que hacer para que me creas? ¿No te has fijado en que mi aspecto es distinto?

-Cuando te he visto me has parecido diferente, pero hacía mucho tiempo que no te veía, es normal que hayas cambiado... ¿Y por qué sigues aquí? ¿Y cuándo te has casado? ¿Y quién es esa cierta persona que te ha transformado en lo que seas?

-No puedo decirte quien me transformó, pues desconozco si quiere que sepas su secreto. Respecto a la boda, me casé hará cosa de tres semanas.

- No te preocupes, de todas formas no conozco a nadie aquí, ni siquiera a mis compañeras de habitación... ¿Tienes 18 años no? ¿Y el tal... Swee cuántos años tiene? Porque parece algo mayor.... ¿Y vas a clase? ¿Y yo a qué clase voy? Si es que... No tendría que haber venido, todo era más fácil antes.

-Yo que tú lo llamaría Todd-dije con una mueca-Yo tengo 18 años, y él tiene... 37-suspiré-Vas a ir a mi misma clase, y una de tus compañeras es mi mejor amiga.

- ¿¿¿TREINTA Y SIETE???? ¿Cómo se te ocurre? Entonces es un profesor ¿no? Porque tiene pinta de estirado... Mr. Todd... Mi cuñado... Por cierto, tiene unas pintas de loco que no se las cree ni él. ¿Se mira al espejo por las mañanas? ¿Y por qué vamos juntas a clase? ¿Y quién es tu mejor amiga?

Sentía curiosidad por cualquier cosa que se me pusiera delante.

-Primero-dije con voz seria mientras me cruzaba de brazos-La idea de casarnos no fue mía, fue de él. Segundo, no tiene aspecto de loco-"un poquito sí" me dije a mi misma-Tercero, mi mejor amiga se llama Alice; éramos compañeras de habitación hasta después de la boda.

- Aaaa, la idea de casaros fue de él. ¿Y qué? Digo yo que si te has casado con él será porque tú también querías, no creo que tú, precisamente tú, te hayas dejado obligar por alguien así, que por cierto sí tiene pintas de loco, con esa cara de psicópata y esas mechas... Ah, no, espera, que serán canas... Que ya es mayorcito. ¿Y en qué habitación está la tal Alice? ¿Algún día la voy a conocer?

-Deja de meterte con él; no te ha hecho nada-gruñí-La habitación de Alice es la misma que la tuya: Chicas B. Creo que incluso te han dado la cama que usé yo...

-Vale, perdón, tienes razón, no me ha hecho nada. Ah, así que es compañera mía de habitación. No sé cuál era tu cama así que... Y aún no conozco a mis compañeras de cuarto...

-Alice es inconfundible... se da un aire a mi-me reí con ganas, debido a que fue Alice la que me convirtió.

- ¿En qué se parece a ti? ¿Es tan pesada y tan mandona como tú? Porque de eso sí que me acuerdo, señorita Dillinger. ¿O señora Todd?

-No me cambies el apellido...-dije y bufé levemente-Que el mío me encanta...

- No, si se nota. ¿Siguiendo los pasos de John Dillinger, hermanita? Porque vas dejando un buen rastro...

-Sí-hice otra mueca-Y hablando de nuestro querido Johnny, me muero de ganas de jugar a su juego favorito... "gira la rueda"... ¿Te apuntas?

- Mmm, gira la rueda... Claro que me apunto. Soy una Dillinger, ¿no? Hay que hacer honor al apellido...

-Ge-nial-dividí la palabra en dos-¡A atracar un banco!-salté por la ventana, sin reparar en que Isabelle no podía seguirme, de modo que volví a entrar con un salto-Perdón, mejor vamos por la puerta... ¡No, mejor!-me acerqué a Isabelle y la cogí en brazos-Vamos a ir las dos por la ventana.

- ¿QUÉEE?? Ni se te ocurra, Nellie, ni se te ocurra. Yo voy por la puerta como las personas civilizadas. ¿Se te ha olvidado que eso es lo normal?

-Oh, vamos-me quejé-Menuda Dillinger estás hecha que ni a esto te atreves.

- Es que esto está muy alto. Yo no soy súper como tú. Venga, me apunto a lo de que me cojas en brazos.