Hablando con Gisela

-¿Me llamaba?-pregunté, desde la puerta.

-Sí, pasa y cierra la puerta.

Entré y cerré la puerta.
-¿Qué quería?

-Siéntate, por favor.

No quería introducir el tema tan pronto, así que quise empezar bien.
-Bueno, ¿qué te están pareciendo mis clases? Sinceramente.

-Son interesantes. Otros profesores se dedican a soltaros el rollo, y lo único que saben hacer es mandarnos deberes, sin preocuparse, ni siquiera de si entendemos lo que están contando. Y ojo, estoy diciendo "otros", no todos. En cambio, la primera clase que hemos tenido contigo ha estado muy bien, hemos aprendido algo sobre Descartes...bueno, yo ya sabía la respuesta, pero si no la hubiese sabido hubiese aprendido algo de una forma divertida. Ha estado bien lo de la silla. En lugar de soltarnos un rollo has querido hacerlo más entretenido, y eso se agradece, porque los expertos dicen que con juegos o práctica se aprende mejor que con la simple teoría. Y el debate final, sobre lo que haríamos en determinada situación, también ha estado muy bien.

-Me gusta que pienses así. Para mí lo más importante es que los alumnos entiendan las cosas, y si hay que hacer una clase un poco más práctica para que lo entendáis, pues se hace. Aunque no sé si siempre podrá ser así...

-Bueno, con que sea casi siempre, me conformo-reí-Pero me da a mí que no me has llamado sólo para preguntarme qué me parecen las clases, ¿verdad?

-Tienes buena intuición. Verás, te quería hablar sobre...

-¿Sobre qué? Me estoy empezando a preocupar.

-Verás...sé lo...sé lo que te hizo Curro.

Agaché mi mirada.
-No creo que deba de hablar con usted de esto.

-Tú sabes lo que soy, o al menos supongo que lo habrás intuido después de haberme visto en la calle el otro día.

-Sí, supongo, pero no creo que usted haya venido para investigarme a mí. Será mejor que se centre en lo que haya venido a investigar.

-Estoy centrada en ello, pero también necesito tu testimonio, si es verdad todo lo que dicen sobre Curro.

-¿Y qué quiere que le diga? Pues me engañó, y cuando había conseguido acostarse conmigo, se lió con otra. Según él, fueron órdenes que recibió, pero yo lo tengo claro: además de que simplemente quería salvar la vida, sólo había estado conmigo para pasárselo bien un rato.

-Para salvar la vida, dices.

-Sí, el trabaja para una cosa llamada Proyecto Géminis, que está en manos de unos nazis, aunque supongo que eso usted ya lo sabe porque se lo habrá dicho Víctor. Ellos sacaron a Curro de la cárcel, y a cambio él trabaja para ellos, y si no cumple las órdenes que le dan, evidentemente le matarán.

-¿Y sigues enamorada de él? Porque supongo que tú si que estabas enamorada de él.

-Lo estuve, pero ya no. Por mí, que se pudra en el peor de los infiernos.

-¿Y cuando acabe todo esto declararías delante de un juez?

-Primero, no sabemos si todo esto acabará bien, y segundo, sería mi palabra contra la suya, no serviría de nada. Además, ¿la ley sólo pena al que se ha acostado con la menor o la menor también sale penada? Además, me acosté con él porque quise, no sé si puede ir a la cárcel.

-Puede, aunque como tú dices necesitaríamos más testigos y testimonios. Si fuese más gente la que aportase su testimonio, ¿lo harías?