Dando una vuelta (Libre)

-Bueno, yo me quedo con la parte de que es un chico. Pero tranquila, ya te he dicho que no tengo la intención de hacerte confesar. Yo no obligo a nadie a hacer nada que no quiera. Incluso a veces es mejor vivir en la ignorancia. Aunque en otras ocasiones prefiero saber la verdad. No siempre es bueno estar engañado.

Asenti.
-Lo se. Y en ti confiaria. Pero no es secreto mio y no se si esa persona se enfadaria si te lo contara. -Dije sincera.

-Tranquila, lo entiendo. No quiero que tengas problemas con esa persona.

Puse media sonrisa.
-Gracias por entenderlo. -Dije.

-No hace falta que me las des.

Sonrei encogiendome de hombros.
-Mis padres me educaron asi.

-Pues los míos no. Directamente no me educaron. Tuve que aprender educación por mi cuenta.

Hice una mueca.
-Pues vaya padres -Dije.

-Eran nazis, por lo que no es de extrañar.

-¿Tus padres eran nazis? Vaya, eso es horroroso -Dije con una mueca.

-Sí, estaban en el Proyecto, y me parece que pretendían que yo entrara. Por suerte, murieron sin poder inculcame su ideología.

Suspire
-Pues me alegro, me repulsa la idea de que fueras uno mas de ellos.

-Yo también me alegro de no se un nazi sin escrúpulos. Esa gente está loca. Y yo, dentro de lo que cabe, me considero cuerdo-reí.

Rei tambien.
-Es que tu estas cuerdo, al contrario que ellos -Dije.

-La verdad es que no sé cómo puede haber gente así. ¿Qué ganan haciendo daño a los demás?

Me encogi de hombros.
-¿Quien lo sabe? Unicamente parece como si se sintieran bien, haciendo daño.

-Y eso es lo que no entiendo. ¿Cómo alguien puede sentirse bien haciendo daño a los demás? Hay muchas maneras de sentirse bien. ¿Por qué tienes que elegir la peor?

-Pues ni idea -Dije- Eso es todo un misterio para mi

-Y para todos los que no pensamos como ellos.

Asenti.
-Lo se -Dije viendo como empezaba a oscurecer- Bueno, creo que es mejor que nos vayamos, pronto sera la hora de la cena.

-Tienes razón.

Hechamos a caminar hacia el internado, hiva pensativa.

-¿En qué piensas? Si se puede saber, claro.

-En Isaac. -Dije con un suspiro- Y en toda esta mierda del virus.

-Te prohíbo que te preocupes-dije, con una sonrisa-Vamos a salir de aquí sanos y salvos.